Mayor uso de IA, menor pensamiento crítico
Un estudio realizado por Michael Gerlich en la SBS Swiss Business School ha identificado una preocupante relación: el aumento en el uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) se asocia con una disminución en las habilidades de pensamiento crítico. El fenómeno se explica, en gran medida, por la tendencia al descargo cognitivo —es decir, delegar procesos mentales en sistemas automatizados.
El uso de la IA se ha expandido a gran velocidad. Una rápida búsqueda en bases científicas revela hasta qué punto se ha vuelto una herramienta central. Miles de procesos de análisis, toma de decisiones y apoyo a la investigación hoy dependen de sistemas asistidos, soportados o directamente impulsados por IA.
La tecnología también se ha integrado de forma creciente en las actividades cotidianas: desde asistentes virtuales hasta sistemas complejos de soporte informativo y de decisión. Este uso intensivo ya empieza a modificar nuestros hábitos cognitivos, particularmente entre los más jóvenes, quienes utilizan IA habitualmente en su vida personal.
Uno de los aspectos más atractivos de la IA es precisamente el descargo cognitivo: confiar en estas herramientas para reducir el esfuerzo mental. Pero esta comodidad trae consigo preguntas inquietantes sobre sus efectos a largo plazo en funciones como la memoria, la atención o la capacidad para resolver problemas, especialmente cuando este descargo se vuelve habitual o masivo.
¿Menos esfuerzo mental, menos pensamiento crítico?
En el estudio titulado "AI Tools in Society: Impacts on Cognitive Offloading and the Future of Critical Thinking", publicado en la revista Societies, Gerlich explora si el uso de herramientas de IA guarda correlación con las puntuaciones en pensamiento crítico, y analiza el rol mediador del descargo cognitivo en esta relación.
La investigación combinó encuestas cuantitativas con entrevistas cualitativas a 666 participantes en el Reino Unido, organizados en tres grupos etarios (17–25, 26–45, y mayores de 46 años) con distintos niveles de formación académica.
Los datos cuantitativos provinieron de un cuestionario de 23 ítems que medía el uso de IA, la propensión al descargo cognitivo y las habilidades de pensamiento crítico, utilizando escalas reconocidas como la Halpern Critical Thinking Assessment (HCTA). Se aplicaron análisis ANOVA, correlaciones, regresión múltiple y regresión de bosque aleatorio. Los datos cualitativos, provenientes de entrevistas semiestructuradas a 50 participantes, se analizaron temáticamente para aportar contexto.
Los resultados mostraron una correlación negativa significativa entre el uso de IA y las puntuaciones en pensamiento crítico (r = -0.68, p < 0.001). Los usuarios frecuentes de IA demostraron menor capacidad para evaluar información de forma crítica y resolver problemas con reflexión.
Además, el descargo cognitivo se correlacionó fuertemente con el uso de IA (r = +0.72) y, de forma inversa, con el pensamiento crítico (r = -0.75). El análisis de mediación reveló que este fenómeno explica parcialmente la relación negativa entre el uso intensivo de IA y el bajo rendimiento en pensamiento crítico.
Los participantes más jóvenes (17–25) mostraron una mayor dependencia de herramientas de IA y puntuaciones más bajas en pensamiento crítico en comparación con los grupos de mayor edad. En cambio, un mayor nivel educativo se asoció con mejores habilidades críticas, lo que sugiere que la formación académica puede mitigar algunos de los efectos cognitivos del uso intensivo de IA.
Los análisis de regresión (R² = 0.37) mostraron rendimientos decrecientes en pensamiento crítico a medida que aumentaba el uso de IA, indicando un umbral a partir del cual el compromiso cognitivo se reduce significativamente.
Testimonios preocupantes y dilemas de futuro
De las entrevistas cualitativas emergieron tres grandes temas. Muchos participantes reconocieron una fuerte dependencia de la IA para funciones como la memoria o la toma de decisiones, con un impacto más marcado entre los jóvenes. Varios expresaron preocupación por estar perdiendo habilidades de pensamiento crítico a causa del uso habitual de estas herramientas. Asimismo, surgieron inquietudes sobre el sesgo algorítmico y la falta de transparencia en las recomendaciones generadas por IA.
Si estos resultados se confirman, podrían tener implicaciones relevantes para las políticas educativas y la integración de la IA en entornos profesionales. Las escuelas y universidades tendrían que reforzar la enseñanza de habilidades metacognitivas y de pensamiento crítico como contrapeso a la creciente dependencia tecnológica.
Por su parte, los desarrolladores de sistemas de IA podrían considerar diseñar herramientas que fomenten cierto nivel de interacción crítica en lugar de promover una aceptación pasiva. También los responsables políticos podrían impulsar programas de alfabetización digital que enseñen a evaluar críticamente los resultados generados por IA y a navegar estos entornos de forma eficaz.
Fragmento tomado y traducido de Phys.org
Justin Jackson, “Increased AI use linked to eroding critical thinking skills”