Por qué el pensamiento crítico es tan crucial en la era de la Inteligencia Artificial

El éxito hoy depende menos de acceder a los datos y más de darles sentido, escribe Bethan Winn. El pensamiento crítico nos ayuda precisamente a hacer eso. Aquí te explico cómo afinar tus habilidades.

La inteligencia artificial actual puede procesar información más rápido que cualquier ser humano, generar resúmenes coherentes en segundos y producir contenido creativo bajo demanda. Es completamente lógico adoptarla para tareas específicas. Pero la IA carece, de manera fundamental, de comprensión contextual, razonamiento ético y sabiduría experiencial, elementos que definen la verdadera inteligencia.

El Foro Económico Mundial incluye de manera constante el pensamiento crítico y sus parientes cercanos —razonamiento analítico, aprendizaje continuo y resolución de problemas— entre las “Diez habilidades más importantes para el futuro”.

Pero ¿qué es exactamente el pensamiento crítico? Es la aplicación activa de habilidades, conocimientos y actitudes que nos ayudan a formular ideas, determinar creencias y tomar decisiones en todos los aspectos de nuestra vida. Combina habilidades como la evaluación, el análisis y el juicio; conocimientos sobre falacias, sesgos cognitivos y lógica; y actitudes esenciales como la curiosidad, la humildad y el coraje. Todos somos capaces de desarrollarlas, pero es fácil dejarlas de lado cuando estamos bajo presión.

El punto donde el pensamiento crítico realmente brilla es cuando lo aplicamos tanto a fuentes de información externas como al examen interno de nuestras propias creencias y patrones de decisión. Nuestra capacidad para repensar, desaprender, reflexionar y pensar con sentido contextual será cada vez más valiosa a medida que el ritmo del cambio se acelere.

El gran cambio cognitivo

A medida que la IA puede realizar muchas tareas cognitivas, la metacognición (pensar sobre el propio pensamiento) cobrará más importancia: cuestionar los marcos con los que damos sentido al mundo, descomponer nuestros procesos mentales para mejorar la colaboración y la comunicación, y decidir qué preguntas vale la pena formular en primer lugar.

Sin embargo, estamos librando una batalla cuesta arriba. Según una investigación del King’s College London, el 49% de las personas afirma sentir que su capacidad para pensar profundamente ha disminuido en los últimos años (Hunt, 2023). En una encuesta a mil estadounidenses, en promedio revisaban sus teléfonos 205 veces al día, fragmentando su atención y nublando su claridad precisamente cuando más la necesitamos.

La capacidad de pensar profunda y lentamente, de contemplar en lugar de reaccionar, podría convertirse en un servicio de lujo. Como los productos artesanales en la era industrial, el pensamiento profundo impulsado por humanos podría volverse más exclusivo y valioso.

Por qué la inteligencia humana importa

Aunque la IA sobresale en el reconocimiento de patrones y el procesamiento de datos, seguimos enfrentando decisiones complejas y contextuales que definen el liderazgo. La IA no puede sentir el peso de una decisión sobre la moral de un equipo. No puede leer las dinámicas sutiles de una sala de juntas ni comprender por qué una solución técnicamente óptima puede fracasar culturalmente.

Más importante aún, la IA no puede aprender de la experiencia real. Puede sugerir estrategias, pero no siente la resistencia al implementar un cambio. Puede redactar comunicaciones, pero no puede evaluar si el mensaje realmente resonó en tu equipo.

A partir de mi trabajo con líderes senior de diversos sectores, he identificado cuatro capacidades que consistentemente distinguen a quienes prosperan con la IA de quienes luchan con ella:

  • Pensamiento reflexivo: Como los paseos diarios de Charles Darwin por la naturaleza, los líderes eficaces crean espacios conscientes para considerar el panorama general y las implicaciones estratégicas de sus decisiones.

  • Cambio de perspectiva: Cultivar la flexibilidad mental para ver las situaciones desde múltiples ángulos. Cuando Zoom se preguntó “¿Cómo podemos ayudar a las personas a pasar de la conversación a la acción?” en lugar de “¿Cómo mejoramos las videollamadas?”, se transformó en una plataforma de trabajo impulsada por IA, abriendo un nuevo valor competitivo.

  • Juicio evaluativo: El coraje de cuestionar tanto los resultados de la IA como las propias suposiciones a la luz de los resultados reales. Cuando Shopify cuestionó si más reuniones significaban mejor colaboración, eliminó las reuniones recurrentes en 2023 y demostró lo contrario: entregó 18% más proyectos al desafiar normas aceptadas con base en datos.

  • Acción decisiva: La disposición a experimentar, fallar e iterar. En tiempos de parálisis analítica y procrastinación, nuestra capacidad de tomar decisiones sólidas, centradas en lo humano, probarlas y aprender de la experiencia se vuelve inestimable.

El miedo a ser descubierto

En lugar de desarrollar estas habilidades más profundas, muchos ocultan su dependencia de la IA. Una investigación global de Slack muestra que el 48% de los trabajadores de oficina se sienten incómodos al decirle a sus jefes que usan IA, por miedo a parecer perezosos o menos competentes.

Esta desconexión revela el “clóset de la IA” que hemos creado en los lugares de trabajo: confiamos en estas herramientas en privado, pero somos reacios a admitirlo. Como los lentes para leer, la IA se ha convertido en algo que necesitamos pero no queremos que se note, con distintos niveles de honestidad sobre cuánto dependemos realmente de ella.

Pero debemos ser honestos con nosotros mismos: aunque la IA sea cada vez más sofisticada, podemos externalizar tareas, pero no la responsabilidad. Cuando una estrategia asistida por IA fracasa, culpar al algoritmo no es una defensa: es una admisión de fracaso en el liderazgo y el juicio. No podemos culpar a la IA por decisiones de las que somos responsables.

Tu ventaja humana

Tu ventaja competitiva no radica en lo que la IA sabe, sino en lo que tú aprendes al poner las ideas en práctica. La capacidad de actuar, reflexionar sobre los resultados y adaptarte según la retroalimentación del mundo real distinguirá a los líderes exitosos de aquellos atrapados en la parálisis del análisis.

Una investigación de la Universidad de Queensland muestra que el 61% de las personas sigue siendo cautelosa al confiar en los sistemas de IA. Este escepticismo es importante: constituye un “pensamiento defensivo” inteligente, esencial para orientar cómo experimentamos y aprendemos. La IA debe ser cuestionada constantemente por su veracidad y precisión.

En este cruce tecnológico, los ganadores no serán quienes adopten la IA más rápido ni quienes sepan más, sino quienes puedan filtrar el ruido, desafiar las suposiciones y tomar decisiones centradas en lo humano.

Tomado y traducido del blog de Forbes

Bethan Winn, Why critical thinking is so crucial in the AI era

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